La puta

Me dedicaba a examinar las filas de ropa usada en busca de algo de abrigo porque aún hace frío, el viento me robó del terrado mis prendas más necesarias y en las tiendas sólo venden flores y primavera.

Entró una muchacha rubia con prisas, escogió unos pantalones negros ajustados, una camiseta brillante, apretada y escotada y una cazadora roja de imitación de cuero. Desapareció cinco minutos en el probador y cuando reapareció, era otra. Pidió a la dependienta que le cortara las etiquetas, metió su antigua ropa en una bolsa de plástico, pagó 40€ y se fue.

Yo salí sin haber encontrado nada de mi agrado y entré en el bar de al lado, a por una caña y un pincho de tortilla. Al poco, la misma chica de antes llegó al bar, pidió un vodka y esperó nerviosa a que se lo sirvieran. El camarero la miró con aversión, a pesar de que la chica era guapa y olía bien.

Una vez servida, pagó. Respiró hondo y tomó el chupito de un trago. Luego salió a la calle.

Sobre el trabajo

Uno puede viciarse con el trabajo (“una” también, claro, pero especificar géneros me parece una chorrada cuando me refiero a lo universal y me tomo el masculino como un neutro —defectuoso, eso sí).

Los síntomas son:

- Salir más tarde de la hora, aún sabiendo por experiencia que cuanto más rato se esté, más trabajo se encontrará por hacer.

- Pensar en soluciones a problemas laborales fuera de las horas laborales.

- Soñar con el trabajo (en el sentido real y figurado).

- Despertar y comenzar a organizar el día, a pesar de saber que los días son un río de caos inorganizable.

- Llegar a casa e iniciar tareas de manera rápida e impulsiva para no perder el punto de estrés.

- Esperar el lunes con la ilusión de saber que se avecina otra semana de imprevistos que hará que pronto llegue el viernes.

Uno puede, en cambio, estresarse (negativamente):

- Cuando no se logra conciliar el sueño.

- Cuando el cansancio es el común denominador de todos los días.

- Cuando los domingos por la tarde son deprimentes.

- Cuando levantarse es un suplicio y da ganas de llorar.

- Cuando la jornada laboral deja escaso o nulo tiempo para la creación personal.

- Cuando se regresa a casa invariablemente de mal humor.

- Cuando la nómina no compensa y existe una sensación general de pérdida de vida, de carrera inexorable hacia la muerte.

- Cuando se está muerto de aburrimiento y todo es rutina.

A veces nos acomodamos en un trabajo, aunque nos esté matando, como nos acomodamos a una pareja, aunque ya no exista la aventura, la comunicación ni el sexo.

La decisión, por muy malas que sean las circunstancias, siempre es nuestra. Cuando en una empresa hay mal rollo, no se paga bien, no se trabaja a gusto, no se nos valora, existe discriminación, no se nos permite una flexibilidad para conciliar el trabajo con el resto de nuestra vida o no se siguen las normas de seguridad, siempre existe la opción de marchar y buscarse la vida en otro lado. Claro que esta decisión podría conllevar la incomodidad temporal de no poder pagar las facturas, ni tomarse una cerveza, ni tener vacaciones.

¿Qué pesa más en la balanza, la incomodidad temporal o la tumba perpetua?

Y qué emocionante sería si los empleados de una empresa mal gestionada, en vez de tragar con la mierda, decidieran largarse… ¡Todos a la vez!

Teoría de la dificultad

Es más fácil resignarse que luchar, convencerse de que las cosas no van tan mal que enfrentarse a la propia conciencia. Lo difícil sería dejar de quejarse y actuar. Stop bitching, start a revolution es un antiguo slogan de la comunidad de artistas Zendik, una frase que en cualquier momento de la vida, personal o social (lo mismo) todos nos podemos aplicar.

Vivimos en democracia, en libertad. ¿Qué nos impide hacer lo que nos dé la gana con nuestras vidas y ser felices?

¿Es más fácil quedarse dormido en el sofá mientras la tele nos sigue matando de aburrimiento que en la cama en posición fetal con un buen libro o con aquel ejercicio tan satisfactorio y creativo que practicábamos de niños llamado imaginar?

Las excusas son numerosas y válidas todas, aunque se puedan reducir a una necesidad rápida de desconectar del día, marcado por una estresante jornada laboral y graves problemas de comunicación con las personas que nos rodean. Esa necesidad justifica todas las drogas, algunas legales, otras no. Algunas letales, otras… No se sabe.

Cuanto más necesario es el silencio, más nos rodeamos (voluntariamente) de ruido.

Ante el huevo o la gallina, es evidente que sin nuestro malestar no existirían la mayoría de las mafias, que son las que crean las guerras. Y que esas mafias están muy interesadas en controlar nuestras necesidades para establecer los malestares que les reportarán más beneficios. Ya, ya lo sé, qué visión más simplista de la vida y cuantos tópicos y dime algo verificable: dame datos, fechas, pruebas, hechos, nombres, estadísticas, información…

En definitiva: lo tergiversable.

La paz sólo se conquistará con argumentos, con lógica, con racionalidad. Cuando los jóvenes hayan sido convencidos de no ir a la guerra, de que hay mejores cosas que hacer, el mundo cambiará. La educación es primordial, la violencia es evitable. El lenguaje puede ser una herramienta de progreso humano, de superación personal. La práctica de la vulgaridad de pensamiento a través del lenguaje por parte de algunos iluminados debería ser objeto de risa, más que de enfado.

La vida es simple. Se toma poco a poco, como el vino, para mantener el puntillo y no emborracharse. Se puede vivir sin querer ir a Tanzania, cuando aquí al lado está el Delta del Ebro. O se puede vivir sin salir, sin comprar, sin cabrito, si lo que uno desea es irse a Tanzania. Es cuestión de averiguar qué queremos y priorizar.

Ha salido una nueva dieta que adelgaza comiendo aún más. Eso parece resumirlo todo.

En el Tibet lo tienen mal y en el Sahara y en Irak y en Colombia y en Nicaragua y en Chechenia. Los palestinos, por supuesto, peor que los israelíes, aunque ser judío no sea ninguna ganga. Las mujeres lo tienen peor que los hombres y los niños, pobres, nacen ya como carroña.

Irlanda, la humillada, la torturada, la ilimitadamente saqueada y asesinada, está libre y en paz.

Lo que distingue a un ser humano de un animal es la capacidad de cambiar su entorno. Es un poder bestial que todos poseemos. Si existiera Dios y nos hubiera hecho a su imagen y semejanza, todos seríamos diosas y dioses. Y usamos tal poder para salir a la calle y arrastrarnos como ratas en cólera, capsuladas en tráfico caótico, esperando el momento de devorarnos los unos a los otros. Quizás es que llega pronto un meteorito que nos manda a todos a tomar por culo y no me he enterado.

Silver white winters that melt into springs

Universe gave me the mission to help a couple of souls to help themselves. Problem was that I didn’t have much magic dust left. So I called on L. Byron. I thought we could use some of his poetry, if he wasn’t much busy for the day. Funny thing is he seemed pretty happy in the end, savoring sauté clams and octopus by the sea side. The sun came finally out just before setting for good behind the rocks and the sky shone purple iced on top of the belfry tower. When we left, the world was merry and in place. I didn’t know how to thank him, so I write this. (Pretty corny, yeah!)

Raindrops on roses and whiskers on kittens
Bright copper kettles and warm woolen mittens
Brown paper packages tied up with strings
These are a few of my favorite things

Cream colored ponies and crisp apple strudels
Doorbells and sleigh bells and schnitzel with noodles
Wild geese that fly with the moon on their wings
These are a few of my favorite things

Girls in white dresses with blue satin sashes
Snowflakes that stay on my nose and eyelashes
Silver white winters that melt into springs
These are a few of my favorite things

When the dog bites
When the bee stings
When I'm feeling sad
I simply remember my favorite things
And then I don't feel so bad

My favorite things (The Sound of Music)

Expió los ataques de sus rivales con la inocencia de su vida

Solo un día más y el metal brilla incluso sin ojos que lo miren y nada da igual. El viento no es dulce, pero es viento. Y los primeros recuerdos son de lluvia, a los dos, a los tres, a los cinco años. No sabía que me había sentido tan rechazada, pero mi alma es generosa, debe serlo. De otro modo, ¿Cómo podría amar? Y sin amor no se puede vivir. Sin amor el mundo es un constante desatino sin sentido que duele. Claro que llevo dentro la semilla de la venganza. Todos, ¿no? Y huelo el peligro. Lo huelo, lo identifico, lo odio. No he aprendido aún a desarrollar el arma de la indiferencia. La verdad es que no quiero. La indiferencia es el vacío de la suma de todos los aburrimientos, de todos los despropósitos, de todas las perezas y cobardías. Hoy nacerán niños, hoy morirán niños. Como cada día. Y lo único que distingue hoy, es que no odio.

The cure, bobinas y aves

A un amigo le sobró una entrada para ir a The Cure, pero en el último momento tal entrada no existía, de modo que acabé visitando a otra leyenda, Silver Apples, en la Sala 2 de Apolo. El “superviviente” de esta banda precursora del tecno puro que comenzó su mítica, aunque comercialmente desafortunada carrera, a finales del los 60, se presentó en el escenario a solas con su “artefacto” (una máquina de bobinas, osciladores, piezas de telégrafo y otras reliquias de los años cuarenta), en el que tocó sus temas sin batería, guitarras ni sintetizadores, pero con toda la potencia, vibración, melodía y ritmo de una banda entera. Al artista Simeon le rompió el cuello un accidente de coche y desde entonces sus manos son lentas. Aún así, todos pudimos disfrutar de su espitosa personalidad y del espectáculo de sus maniobras magnéticas en la imagen inversa que se reflejaba al fondo del escenario.

Sin embargo, el gran concierto sucedió antes, al menos para mí, con Les Aus, una magnífica banda del Montseny que está a punto de partir de gira por Estados Unidos. Su rock energético, la distorsión de Mau con una guitarra de tres cuerdas que hace a la vez de bajo y guitarra y el despliegue de recursos, fuerza y velocidad de Arnau, que sostiene la emoción a solas con su batería, dan ganas de convertir el salto en vuelo. Con la intensidad de Mogwai y el espíritu alegre de una fiesta medieval, conectaron con el público, en una ofrenda de gozo, genio e inspiración.

Sufragio universal

Una vez más, qué sentimental, cualquiera diría, si total…

Cada vez que voto, lloro, de dolor, de orgullo, de responsabilidad, de agradecimiento, de frustración, de libertad. Tantos han muerto y sobre todo, tantas han sacrificado y gritado para que hoy, yo, pudiera votar. La historia converge en ese gesto. La luz. La posibilidad.

Fool on the hill

Para un día de reflexión mis actividades previstas son: visita al gimnasio, cuidados corporales y autoexploración, revisar cuento para concurso y jamming en Terrassa. Los crímenes innombrables deberán quedarse fuera hoy. El miedo y la congoja, también. Incluso las sonrisas de los inocentes y las artimañas de los cobardes. Tampoco es que haya en juego nada, salvo mi sanidad emocional. A veces me sorprende que no estemos todos locos, o quizás…

Round and round and round He never listens to them He knows that they're the fools The don't like him But the fool on the hill Sees the sun going down And the eyes in his head See the world spinning around

Witty

Yo soy de izquierdas, de algo más a la izquierda que los socialistas, y afirmé hace unas semanas que votaría en blanco, porque todos los candidatos daban miedo y todas las ideas me parecían vacías.

La otra noche con los amigos fue loca, transgresora, libertina. Me pregunto si un gobierno de derechas me dejaría ser como fui, si me dejaría expresarme hasta los límites de mi propia vergüenza (y no la de los demás), si apoyaría el progreso intelectual y el arte.

Entre otras conversaciones de este fin de semana, ocurrió la búsqueda de una traducción eficaz para el inglés “witty” y a pesar de dar con “ingenioso”, que resulta ser la traducción, no nos parecía suficiente. “Witty”, en inglés, tiene tanta carga de inteligencia, de ironía, de perspicacia, de humor sutil, que no nos cuadraba. Ciertamente conocemos a personas que tienen “wit”, pero “ingenioso” no parece ser un adjetivo suficiente para describirlas.

En el debate de ayer lunes esperé paciente a que en algún momento Zapatero dijera algo “witty” o incluso ingenioso, para que Rajoy dejara de mentir y decir sandeces, pero la oratoria no es el fuerte del presidente. Y a pesar de eso, a pesar de que no se mostró muy lúcido (es más, parecía tener la gripe, como unos cuantos de nosotros estos días), movió mi voto de izquierdas que estaba a punto de ser blanco hacia el PSOE. Porque quiero una España donde se pueda ser, donde los vecinos no se tengan envidia ni odio, donde los problemas se puedan hablar, donde las personas sean personas, sin importar su procedencia, nivel económico, lengua o ideología política, donde la iglesia sea lo que es y se quede dentro del templo. Sí, cuesta llegar a final de mes, pero en la crisis mundial que se avecina, prefiero que gestione mis impuestos un gobierno con ideas progresistas, un gobierno que no limite ni condene mis elecciones individuales, un gobierno que no provoque escándalos morales de hace dos siglos.

Votaré democracia y libertad. Para lo de vivienda digna, seguiré saliendo a la calle.

Refugis

L’any 1938 es van construir a Barcelona més de 1.300 refugis com a defensa passiva contra el bombardejos franquistes. Els horrors d’aquells dies a ciutats de la reraguarda com Madrid, Guernica, Lleida, o Barcelona s’obliden amb la desaparició dels testimonis d’aquelles persones que van conèixer el dia a dia sota les bombes, pendents del so de les sirenes, corrent escales avall, nens penjats de les faldilles pels carrerons, fins arribar al refugi. Els bombardejos eren tan constants, que malgrat la cruenta assiduïtat de la mort, hi havia qui fins i tot ja ni es molestava d’abandonar la llar per quarta vegada en el mateix dia, després de vuit dies d’intensa pluja mortal, no només de bombes, sinó del ruixat de metralla que rematava els carrers per si hi havia quedat algú viu.

Era la primera vegada que a Europa s’atacava població civil amb armes de destrucció massiva, que s’atacaven objectius no militars. Mussolini i Hitler perfeccionaren a Espanya la seva aviació i les seves bombes amb l’excusa del perill roig. El general que amb l’ajut de l’exèrcit es rebel·là contra el govern democràtic de la república mitjançant un cop d’estat que culminaria en 40 anys de dictadura, mort i tortura, Francisco Franco, guanyà la guerra gràcies a aquesta superioritat aèria.

El País Basc i Catalunya en foren fortament castigats, perquè a la desenvolupada indústria d’aquestes comunitats es gestava, deien els insurgents, l’odi a Déu i el comunisme.

Algunes de les vivendes subterrànies van ser subvencionades pels ajuntaments. La majoria, però, van ser construïdes pels veïns i pagades de les seves butxaques.

Del 15 al 30 de març podrem visitar l’exposició commemorativa d’aquella tragèdia a l’estació de metro de Universitat.

Ara fa setanta anys, des què els nostres avis jugaven amagats als soterranis, per matar el temps, com fan tots els nens.