The cure, bobinas y aves

A un amigo le sobró una entrada para ir a The Cure, pero en el último momento tal entrada no existía, de modo que acabé visitando a otra leyenda, Silver Apples, en la Sala 2 de Apolo. El “superviviente” de esta banda precursora del tecno puro que comenzó su mítica, aunque comercialmente desafortunada carrera, a finales del los 60, se presentó en el escenario a solas con su “artefacto” (una máquina de bobinas, osciladores, piezas de telégrafo y otras reliquias de los años cuarenta), en el que tocó sus temas sin batería, guitarras ni sintetizadores, pero con toda la potencia, vibración, melodía y ritmo de una banda entera. Al artista Simeon le rompió el cuello un accidente de coche y desde entonces sus manos son lentas. Aún así, todos pudimos disfrutar de su espitosa personalidad y del espectáculo de sus maniobras magnéticas en la imagen inversa que se reflejaba al fondo del escenario.

Sin embargo, el gran concierto sucedió antes, al menos para mí, con Les Aus, una magnífica banda del Montseny que está a punto de partir de gira por Estados Unidos. Su rock energético, la distorsión de Mau con una guitarra de tres cuerdas que hace a la vez de bajo y guitarra y el despliegue de recursos, fuerza y velocidad de Arnau, que sostiene la emoción a solas con su batería, dan ganas de convertir el salto en vuelo. Con la intensidad de Mogwai y el espíritu alegre de una fiesta medieval, conectaron con el público, en una ofrenda de gozo, genio e inspiración.