Esta mañana desperté con Sting en mi voz subyacente y cuando en la ducha entoné Bring on the night, I couldn’t stand another hour of daylight, supe que nunca voy a conseguir cantar.
Atención: si os cortan el gas en las próximas semanas por escape, quizás sea una estrategia para ocultar el hecho de que también aquí nos estamos quedando sin. En mi escalera, de momento, seguimos a la espera del retorno (podéis acercaros a mí, me ducho en el gimnasio; para algo tenía que servir mi número de abonada).
A la vuelta de clase una chica (casi niña) estaba de rodillas en el vestíbulo conector de Plaça Catalunya acompañada de un perro muy mono (raza Beagle, creo) y un gorro de lana en el suelo con un par de euros, a lo más. La inscripción en su cartón: “Soy una chica italiana que vino a buscar trabajo y me han robado la mochila con todo lo que tengo”, o algo así, que yo memoria de detalles no tengo y afición por ir apuntándolos, tampoco.
Sólo llevaba un par de euros, que es lo que le he dado.
—¿Estás bien?
—Bueno, dentro de lo que cabe… La gente de la calle es muy amable.
—¿Tienes dónde dormir?
—Nos buscamos la vida. No estoy sola.
Tras decir esto, una sonrisa, algo llorosa.
—¿Y tu familia?
—No me van a ayudar. No querían que viniera. Creen que tengo lo que merezco.
Me he sentido una mierda, porque lo que quiero es traerla a casa y darle de comer. Pero estoy de exámenes y tengo compromisos y mirad, en el egoísmo se detuvo mi humanidad.
Me despedí de ella y ella dijo: “Muchas gracias”.
Luego he recordado que sin gas tampoco podría cocinar ni ofrecerle una ducha caliente.
Joder, ni siquiera le he preguntado el nombre. Los viernes por la tarde estoy derrotada y tengo prisa por encerrarme en casa. Y ahora aquí estoy, escribiendo estupideces burguesas en el frío de mi hogar de 50m2.
Visc a Barcelona i sóc idiota.
La Capsa Màgica de Gina Lis. Quin canvi de look en el teu blog!
ReplyDeleteI used to love her, uh-uh, but I had to kill her...
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