Monday, April 02, 2007

Piedra número diecisiete: “decepción”

No me decepcionas nunca. Hay noches en las que espero ajena al tiempo, a las catástrofes, a la vida en las ventanas tristes o falsas, despiertas o apáticas, solitarias, alegres, histéricas… Y sin decir, pido en silencio; que así aprendí. No son trampas, no soy tan mala. Abres tú y me das, siempre un paso por delante de lo que esperaba. ¿Ves? ¡Qué bobo hablar de decepción! Precisamente ahora. ¿Cuál es el antónimo de decepción? ¿Ilusión, plenitud, admiración? Déjame mirar en el diccionario… Tengo que caminar veintisiete calles y subir ciento ochenta y dos escalones, entrar a oscuras, abrir pórticos a la lluvia, tomar en mis manos el libro; y ahora…

Qué difíciles son las piedras que no existen. Y en algún nivel lejos de mi centro de gravedad percibo un odio y un desprecio más terribles que la decepción política o el fracaso humano, más grandes que el egoísmo del verbo. Por eso incluso en el caso de haber idolatrado o de haber confiado, nada que ver con haber amado.

3 comments:

  1. cuanta verticalidad en tus palabras, stella... te veo mañana!

    paula

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  2. ¿Verticalidad? ¿uh? ¿y eso qué es?

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  3. profundidad, verticalidad, penetración...

    paula

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