Friday, November 16, 2007

No hay más que una

Sorpresa de las sorpresas que al despertar esta mañana tenía un SMS de mi mamá de las seis de la mañana previniéndome de que hacía mucho frío, cinco grados, y que me abrigara. Se ve que despertó pronto y puso la radio y mientras informaban del gran bajón de temperaturas pensó en su niña que trabaja ahí arriba en el monte, donde las temperaturas son aún más bajas.

Pues sí mamá, noté el frío al volver ayer a casa y sin poder soportarlo en mis oídos me detuve en el mercado a comprarme un gorro. El viento se me llevó uno de mis pendientes favoritos que, al coincidir con la hora del apagón ecológico, no pude recuperar. Y la gente por las calles tenía la cara constreñida, como en Bruselas.

La verdad, me siento mucho más revitalizada. Ni virus, ni pereza, ni melancolía: frío. Que lo cura todo.

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