Sunday, November 11, 2007

¡Viva el orangután!

Había una vez una raza extranjera que invadió la noche de una ciudad con motivo de un partido, que se comportó con la bestialidad y suciedad que sólo imaginamos en aquellos que han vivido en represión y que, ante la inaudita libertad, sienten una gran necesidad de destrozarlo todo. Cuentan algunos testigos que los de nuestra propia raza se comportan igual, en ciudades extranjeras, cuando acuden a la celebración de un partido de su equipo.

¿Será el fútbol un deporte substituto de la guerra? Y si así es, ¿Será el ser humano un fan absoluto de la destrucción? Y, si es así, ¿no sería el fútbol un pacificador falso?

¡Ah, qué tiempos aquellos, cuando uno se quedaba afónico en el campo! Las endorfinas no van bien con el exceso de alcohol. Y por supuesto una bestia no debería beber. Y mucho menos en nuestras calles, ya que a los demás no nos dejan.

3 comments:

  1. Toda raza tiene su reverso tenebroso.

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  2. y que lo digas... últimamente todas "nuestras" razas están bastante tenebrosas...

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  3. Estoy de acuerdo en que todas las razas tienen su lado tenebroso, pero la nuestra tiene además una vertiente idiota bastante desarrollada.

    Me explico: un amigo perico me contó que, cuando viajó precisamente a Glasgow para asistir a la final de la copa de la UEFA que su equipo disputó contra el Sevilla, las autoridades locales repartieron unas octavillas en las que recordaban a los aficionados ibéricos qué podían y qué no podían hacer en la ciudad. Naturalmente, entre los "DON'Ts" figuraba beber alcohol en público, orinar en la calle y ensuciar la vía pública.

    En cambio, aquí tenemos una ordenanza contra el incivismo que, por lo que se ve, sólo nos afecta a los locales... Barcelona, ciudad de tolerancia y armonía ;)

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