Dean
No sé porqué nunca me encontré con tus palabras. A veces los poetas aparecen como cartas en un cofre, después de varias vidas. En la tormenta, en el desván, todo cobra significado. Me he tumbado sobre la madera que huele a humedad y a vino viejo, aunque nunca hubo vino. Una vela amenaza con apagarse pero me resguarda del ruido y puedo así escuchar a la lluvia. Cuando dices, cuando sientes. Descubro un nuevo libro. Uno de esos que viven siempre dentro. ¡Qué más puedo decir? Me siento humilde hoy después de haber sido una fiera cabreada durante… Al escucharte en el eco de las presencias que somos, soy y tengo ganas de llorar. El hada madrina me dice, “no llores más, estoy harta de verte llorar, te hace parecer histérica, luego nadie te toma en serio”. “Hada, me duele, me duelo”. Es fácil para las hadas, comparten nuestra humanidad, pero no son humanas. Voy con retraso a la iglesia del relámpago. Ya sé que todo no se puede ser. Un saltamontes se comió las membranas en mis manos y al salir a la calle, el agua resbala. Perú, China, Jamaica.
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