Wednesday, August 29, 2007

Una de gángsteres (V y último)

Ya en el crucero, las chicas paseaban por cubierta. Su única misión, por el momento, era estar a la vista de Sonic, por si las necesitaba. Sólo sabían que las habían contratado en una compañía de teatro en Missouri y que se encontraban en camino. Sonic jamás les daba detalle alguno, sólo lo que debían saber que era exactamente lo que si les preguntaban debían decir. Al cabo de unas horas, la fatiga hizo mella en Carol y anunció que se iba al camarote a echarse una siesta.

—No puedes —dijo María.

—¿Por qué no? Me caigo de sueño.

—No podemos desobedecer a Sonic.

—Me parece que no me pasará nada por desaparecer un par de horas. Ni siquiera se dará cuenta.

—Sonic se da cuenta de todo —dijo Sheena.

—Me da igual, no le debo nada, no soy su esclava.

—Si le traicionas, te matará —informó Elena.

En ese momento Sonic hizo un gesto reclamándolas a su lado. Todas las chicas acudieron a la llamada excepto Carol, que tranquilamente se fue a echar una siesta al camarote.

Cuando las chicas tuvieron por fin permiso de retirarse a descansar se dirigieron al camarote. A Carol le resbalaba un elegante hilillo de sangre de la sien. Su cuerpo aún estaba caliente.

No comments:

Post a Comment