Dejé atrás el instituto y me crucé con tres adolescentes que corrían, cada uno por su cuenta, cada uno a su manera, hacia la institución cuyas puertas no se cierran pero en la que hay que ser puntual. De pequeña, los únicos lugares a los que jamás iba con prisa eran la parroquia (a mi abuela le gustaba ir con tiempo para charlar con los otros feligreses) y al tren (mi abuelo, devoto ferroviario, nos inculcó la puntualidad a pesar de que los trenes llegaran antes o después de la hora). Al ganar independencia y madurez me acostumbré a llegar corriendo (que no tarde) a todas partes. Anoche Lorca y yo conversamos sobre religión durante el segundo tiempo del Barça-Sevilla. Si existe Dios, Alá, Buda… ¿Qué pasó con Venus, Zeus, Odín, Thor, Tezcatlipoca, Anubis, Kauil, Morrigan?
Invenciones humanas para preguntas sin respuesta. Ciencia y filosofía son los grandes nombres de nuestra imaginación. Sus hijos: arte, moda, tecnología, religión… La expresión máxima de nuestra mente: la comunicación.
—Estoy satisfecha de nuestra comunicación —dije.
Del techo del bar colgaban globos dorados.
La niebla sigue cayendo sobre los campos de cristal. Hoy parece más invierno.
Yo no suelo ir con prisa a ningún lado, por que he aprendido a llegar pronto para poder perderme.
ReplyDeleteAh... Qué hermoso concepto, poder perderse...
ReplyDelete